Historias

Colombia

Colombia

Llegue a Colombia con muchas expectativas. Sólo conocía Bogotá y me parecía una ciudad muy linda y ordenada.

Es imposible no ir comparando un lugar nuevo con los anteriores. Y sentía que Colombia no me iba a desilucionar.

Me levanté temprano (o así lo creí yo) para poder hacer rápido los trámites en la frontera. También  debía conseguir el seguro obligatorio SOAT. Tenía que llegar a Popayan, mi primer destino, antes del anochecer.

Esta vez no tuve suerte. Demoré más de dos horas en migraciones y un poco menos en la aduana. Por suerte, el seguro se compra cerca de la frontera, y eso no tomó más de 15 minutos.

Ya estaba en Colombia. Destino muy recomendado por todos los viajeros con los que me crucé. Debí haber prestado más atención y tomado nota de todas las sugerencias, porque no me acordaba de muchas.

Lo primero en llamar mi atención, algo completamente nuevo y fuera de lo común, fue la cantidad de retenes militares. En toda la ruta, en cada puente y nunca separados por más de media hora, un grupo de militares muy jóvenes y muy armados.

Imagen habitual de militares sobre la ruta

Imagen habitual de militares sobre la ruta

Tenía una sensación rara, por un lado de seguridad, y por otro de intriga. Que es lo que controlaban? No eran policías de tránsito o funcionarios municipales en controles habituales. Estos tenían, en muchos casos, una especie de trinchera hecha con bolsas de arena, como se ve en las películas. Serían habituales los tiroteos? Imagino que con los traficantes.

Llego a Popayan. Domingo al atardecer. Busco un hostel en el GPS y solo aparece uno. No hay mucho para pensar. Sigo las indicaciones, por calles deshabitadas y llego. El barrio no era muy lindo pero estaba cansado y sin ganas de seguir buscando. Una cochera a la vuelta donde guardar la moto me termina de convencer.

Apenas entro, y para mi sorpresa, me encuentro con un lugar muy lindo y lleno de turistas extranjeros.

Esta ciudad no aparecía en mis planes ni en los comentarios de nadie (que me acuerde) pero evidentemente, algo tenía.

Popay

Popayan

Para cenar, pollo con arroz, como todos los días y a descansar. 

Otra linda sorpresa a la mañana. Apenas a tres cuadras, encuentro el centro histórico. Popayan resultó una ciudad más que interesante. Camino un poco, tomo unas fotos, y sigo camino. Ya extraño la tranquilidad del domingo.

Las rutas no son autopistas. De dos carriles y entre montañas, me obligan a ir muy atento. Plagado de camiones, son más peligrosas de lo que me gustaría. Los paisajes compensan todo. Así avanzo todo el día, en una llovizna constante, que parecía no tener fin.

Viajar con lluvia, cansa.

Viajar con lluvia, cansa.

La ruta está en reparación y el día se hace largo. Cuando logro llegar, me encuentro con varios desvíos, a causa de protestas de universitarios. Hace mucho calor y la temperatura de la moto está al límite. Tardo casi una hora en llegar al hostel.

Cali se suponía una ciudad un poco peligrosa. Una de esas en donde recomiendan tener mucho cuidado. Acaso no son todas las grandes ciudades iguales? Por lo menos, en Sudamérica, creo que sí. Estuve dos días, recorrí las zonas más turísticas y caminé por los barrios alrededor del hostel. No fue la ciudad que más me gusto, pero tampoco me sentí inseguro.

De paso hacia a Medellín, paro por Salento. Un pueblo muy turístico que hace de entrada al corazón del valle cafetero. A mi juicio, imperdible.

Hay varias excursiones, pero la más característica es la de las fincas cafeteras, en donde se explica todo el proceso, desde la plantación hasta la molienda. La guía explica los secretos de un buen café y terminamos degustando un producto premium orgánico. A decir verdad, no le noto nada excepcional. Me falta paladar y cultura cafetera.

Plaza de Salento

Plaza de Salento

Un día de descanso y continuo hasta Medellín. Tan solo 250km. Otra vez la lluvia, y otra vez la ruta en reparación.

Otro dia largo. Pero Medellin vale la pena. La ciudad cambió casi completamente desde la época en que Pablo Escobar estaba en escena. Y los atentados diarios no eran novedad. Se ve moderna, y se siente segura.

Claro que es complicado que algún local se siente a contarle a uno sobre esos tiempos. Apenas un par de décadas pasaron y todos conocen gente que fue víctima de un lado y de otro. Para eso hay una excursión, que repasa toda la historia del cartel de drogas, desde sus inicios hasta el final. Y cómo ahora está en manos de otros (lejos de desaparecer) Un paseo por distintos barrios, muestra edificios abandonados con marcas de proyectiles, por un lado, y nuevos centros comerciales levantados con dinero sucio, por el otro. Un dato curioso, por lo menos para mi, es el tema ¨Me matan Limón” de los Redonditos de Ricota. Cuenta el final de Pablo Escobar. Limón era el apodo de su más fiel guardaespaldas. Mueren los dos abatidos por los disparos de alguna fuerza de seguridad. Ni siquiera eso está claro.

Todavía se pueden ver edificios víctimas de atentados. Como para no olvidar años de violencia.

Todavía se pueden ver edificios víctimas de atentados. Como para no olvidar años de violencia.

En fin, lo mas interesante que conozco es ésto, porque la lluvia no me deja salir a recorrer. Aprovecho para hacer un cambio de transmisión a la moto, y sigo para Bogotá. Es domingo y amanece sin lluvia. Un policía muy amablemente me indica la salida y me acompaña unas cuadras, hasta la autopista. 

Dos carriles por lado son mas que suficientes, por lo menos para un domingo, y me alejo rápidamente. En minutos ya estoy en el campo. Como me gusta esa sensación que me produce dejar las ciudades. Sobre todo, sin tránsito.

Voy tranquilo y sin apuro. En Bogotá me esperan para enviar la moto a Miami. Un cambio de planes que me dará mas tiempo de paseo en el hemisferio Norte.

El trámite es muy sencillo. Se llenan unos formularios y se deposita la moto en el aeropuerto para que la revise un policía. Cuando da el visto bueno, se envuelve en un film transparente para que no queden huecos donde algún vivo pueda esconder paquetes.

La moto lista para viajar

La moto lista para viajar

Lo único que pude comprobar, aparte de que la mala fama es difícil de quitar, es que los colombianos son muy educados, simpáticos y atentos.

Tomo un vuelo a EEUU, y espero la moto. No debería tardar más de un par de días.

Mauricio me espera en el aeropuerto de Ft. Lauderdale. Otra etapa comienza. Si bien estuve muchas veces en la Florida, nunca fue en estas condiciones. Siento que comienza otro viaje.

Más allá de las fronteras, en Sudamérica siempre me sentí como en casa. Transité por lugares increíbles, conocí gente muy buena, me hice de amigos a los que pretendo volver a ver, y tuve momentos para el olvido, de los que no quiero olvidarme. Solo una pequeña parte de esta experiencia quedó registrada en fotos o vídeos. Pero todo quedará en la memoria.

Hola Miami!

Hola Miami!

Default Gallery Type Template

This is the default gallery type template, located in:
/home/martinjd/www/wp-content/plugins/nextgen-gallery/products/photocrati_nextgen/modules/nextgen_gallery_display/templates/index.php.

If you're seeing this, it's because the gallery type you selected has not provided a template of it's own.

Ubicación en el Mapa

Comentarios a Esta Entrada
  1. Liliana Furman 22/05/2014 Responder

    Hola Martín, ¡qué salto de Colombia a Miami! ¿Por alguna razón especial salteaste Venezuela y América Central? Pienso que será cuestión de tiempos. Muy interesante lo de Colombia, país tan castigado por el narcotráfico. Espero ansiosa para dónde vas a rumbear en Estados Unidos, si por el oeste o por el este (o por el medio, tal vez.
    Besos y hasta pronto: Liliana

  2. JORGITO 22/05/2014 Responder

    VEO QUE ESTAS EN VIAJE A MIAMI LO CUAL ME PONE BIEN SABER ESTAS CUMPLIENDO CON LO PLANEADO TE SIGO TODOS LOS DÍAS PASO A CONTARTE QUE HACE UNA SEMANAL LLUEVE Y ESTÁN BAJANDO LAS TEMPERATURAS LENTAMENTE SE VA ANUNCIANDO EL INVIERNO OTRA ESQUIVE UNA MOTO SUBÍ A LA VEREDA Y ESTRO-LE EL COBAL NO MUCHO PERO SUFRO YO MAS QUE EL AUTO YA ESTA EN CHAPA Y PINTURA MARTÍN

    TE MANDO UN ABRAZO Y TE DESEO SIGAS BIEN Y MEJOR EL 384 DE CANNING CHAUUUUU

  3. daniela alvarez 22/05/2014 Responder

    martin cuanta alegría me produce lo que estas haciendo, camino de alto coraje que pocos nos atrevemos….aprovecho en momentos libres de trabajo para leer tu viaje, transportas con tus relatos…bendiciones para tu camino..

  4. sara moyano 23/05/2014 Responder

    Muy interesante todo lo que contás y cómo lo contás. No tenía idea que mi sobrino era tan buen relator. Felicitaciones Martincho!

  5. Lucia Chaves 24/05/2014 Responder

    Muy interesante todo lo que contas Martin! Lindo, sobre todo pensando que yo no podré andar por esos lares y menos en moto! Jaja! A seguir disfrutando de tu viaje aventura!

Cancelar