Historias

Francia

Francia

Llegué un par de días antes a Vancouver, para asegurarme de que todo estuviera en orden con el envío de la moto. Terminó siendo tan simple que me sorprendió. Tal como había hecho en Colombia, dejé la moto en la zona de cargas del aeropuerto y listo. Ni siquiera tuve que sacar el parabrisas. La metieron en una caja metálica, bien atada, y así fue a la bodega del avión. El mismo en el que viajé yo.

9hs de vuelo, y aterrizamos en París. Tomo un taxi a la terminal de cargas, y en menos de una hora, salgo andando. Pensar que todo esto me estresaba de solo pensarlo.

El clima no había sido del todo lindo en las últimas semanas. Lluvia y frío casi todos los días. Se ve que traje el sol conmigo, porque la temperatura no bajaba de 30 grados.

La primera impresión al cabo de unos kilómetros, no pudo haber sido mejor. No sé cuál será la razón exactamente, pero me sentí mucho más cómodo en Francia, que en todo Norteamérica. Supongo que somos más parecidos. Todo es más racional. Los autos son mas pequeños, las autopistas son más pequeñas. No hay necesidad de hacer las cosas con la misma escala que del otro lado del Atlántico. Otra filosofía, totalmente distinta. Lo que sí extrañaría, sería el precio de la nafta. Casi el doble que en EEUU. Buena razón para respetar los limites de velocidad.

Entrando a París, me encontré con muchísimas motos. Por lo general, scooters de baja cilindrada, que resultan el medio de transporte ideal para la ciudad. Sobre todo, teniendo en cuenta que manejan como unos dementes. Tal como en Buenos Aires. Van haciendo slalom entre los coches, adelantan por la mano contraria, utilizan las bicisendas, y lo mejor, cuando llega la hora de estacionar, las dejan donde se les da la gana. Acá si me siento como en casa!

Paris6

Gracias a la gestión de mi hermana, puedo dejar la moto estacionada fuera de la Casa Argentina, dentro de la Ciudad Universitaria. Muchísimas gracias! Desde acá, un subte me deja en el hotel. Bastante bien ubicado en el centro. No tiene mucho sentido pasear en la moto con este tráfico.

La diferencia horaria con Vancouver es bastante. De repente, estoy 9hs adelantado. Hacía tiempo no sufría de jet lag, y me costó un par de días adaptarme.

Tuve la suerte de haber venido antes, y conozco bastante. Pero es imposible cansarse de recorrer estas calles. Más allá de los monumentos y museos, el solo hecho de caminar o andar en bicicleta por acá, es un placer. Solenne me hace de guía, y pasamos los cuatro días yendo y viniendo por todos lados. Unas mini vacaciones de la moto vienen bien.

IMGP2566

Con mucho entusiasmo, parto para Normandía. Programo el GPS para evitar autopistas, y así disfrutar más de la campiña francesa. Las rutas parecen hechas del tamaño justo. No sobra nada. Circulo por zonas ganaderas. Hay poco tráfico y los paisajes son hermosos. Cada media hora, como máximo, paso por un pueblito. Todos son parecidos. Construcciones antiguas, mantenidas o restauradas a la perfección. Pienso…Qué lindo vivir acá! Con sus iglesias de siglos, sus plazas inmaculadas, sus bares y cafés que parecen quedados en el tiempo.

IMGP2788

Y lo mejor, es que todo es cerca. En apenas 200km tengo más para ver que en miles en otros lugares. Y cada kilómetro se disfruta tanto como el anterior. Los días son largos, y voy sin apuro.

Hay cosas que no entiendo. Después de las 7 de la tarde, es imposible encontrar una estación de servicio abierta. Solo las grandes, sobre las autopistas, atienden las 24hs. Y yo evito las autopistas. Lo mismo con los comercios. Cierran al mediodía para el almuerzo, y nunca abren más allá de las 20hs. Será cuestión de costumbre, imagino. Pequeñas cosas a tener en cuenta, mientras dure mi estadía por aquí.

A mucha distancia, desde la ruta, alcanzo a ver el Mont Saint Michel. Sobresale del medio del mar, como un castillo de película. En medio de la nada, se alcanza a ver su silueta, y en lo alto, la iglesia. A medida que me acerco, comienzo a distinguir las edificaciones de esta isla-pueblo. Si bien su origen es religioso, también ofició de cárcel durante un par de siglos. Ahora, es un enorme centro comercial. Restaurantes y hoteles se fueron adueñando de cuanto lugar disponible había. Miles de personas lo visitan todos los días, lo que hace que recorrerlo, pueda ser un poco agobiante. Sin duda, era visita obligada.

Mont Saint Michele

Mont Saint Michel

Normandía está cargada de historia. Y no es solo historia antigua, como la del resto de Europa. Este año, se cumplieron 70 años del desembarco. Del «Día D».

Solo son un par de generaciones. Hay todavía muchos que vivieron esa época, o que son hijos de los que lo hicieron. Todo gira alrededor de la II Guerra Mundial. Museos, lugares históricos, monumentos. Donde quiera que vaya, pueblo o ciudad que visite, estuvo afectada por estos acontecimientos. Y todos lo quieren mostrar.

Las playas donde todo comenzó guardan aún vestigios de esos años. Lo que se recuperó, es exhibido en algún lado. Museos, grandes y pequeños. Incluso, expuestos fuera de algunos comercios. Banderas Estadounidenses se alzan en cada sitio histórico, como muestras de agradecimiento.

IMGP2773

Doy un recorrido por los lugares más importantes, como Utah Beach, Omaha Beach y Cherbourg. Resulta difícil siquiera imaginar lo que vivieron todos estos lugares. No sólo durante la ocupación, sino en los días de feroz combate, posteriores al desembarco. Más de 20 mil civiles de aquellos pueblos costeros murieron en ese periodo.

Entre los tantos turistas, hay muchos alemanes. Pienso que reflexiones tendrán, al ver el horror de todo aquello.

Siguiendo la costa, manejo hacia el Este. Parto temprano, y al atardecer, llego a Lille. Muy cerca de la frontera con Bélgica. Otra ciudad hermosa, con mucho para recorrer. Caminar es la mejor opción, y en algunas horas tengo un buen panorama. No deja de sorprenderme el estado inmaculado de los edificios antiguos. Cómo harán para mantenerlos así? Qué carácter le da a una ciudad, respetar su historia.

Lille

Lille

 

 

 

Ubicación en el Mapa

Comentarios a Esta Entrada
  1. lilianafurman@yahoo.com.ar 06/08/2014 Responder

    ¡Qué recorrido Martincho, maravilloso!! Hermosos lugares y qué bien que optás por dejar las autopistas por rutas que te hacen conocer paisajes bellísimos. ¿cómo sigue esto? Esperemos el próximo capítulo. Besos

  2. Alexia 07/08/2014 Responder

    Bro, siempre dejas de escribir cuando no lo espero. De repente, se termina. Para q no sea tan drástico podes agregar un ¨continuara¨ jaja

  3. guillermina 10/08/2014 Responder

    El próximo capítulo de Liliana, fue Holanda, Bélgica y Noruega…. cómo se pasan los días y que hermosos lugares.Como tu hermana, me copo en la lectura, igual prefiero las narraciones por paises, jajaja… siempre lo más fàcil. Un cariño grande.

Cancelar