Historias

Holanda

Holanda

Desde que llegué a Europa, los paisajes son todos muy parecidos. Me recuerdan un poco al sur de la provincia de Buenos Aires. Con algunas lomas bajas, nada sobresale del resto. Todo está sembrado y se ve mucho movimiento de maquinaria agrícola. Más de una vez, en estos caminos angostos, se forman largas filas de autos detrás de algún tractor. A diferencia de Argentina, acá parecen tener paciencia infinita. Nadie se pone nervioso. Todos esperan.

DCIM100GOPRO

Voy tan lento y relajado, que tengo tiempo de pensar en mil cosas. Pienso… Cuánto tiempo más quiero que se extienda el viaje? Cuánto tiempo más necesitaré para recorrer todo lo que quiero conocer? Hasta dónde me alcanzarán los ahorros para seguir viajando? Tendré en algún momento ganas de volver? En definitiva, Cuál será la razón que me haga regresar? Hasta ahora, todo pasó muy rápido. Fueron más de 40 mil kilómetros recorridos, y, sin embargo, me parecen tan pocos.

Tanto escuche hablar de Amsterdam, que espero no me decepcione. Las expectativas son tan altas, como las ganas de encontrar un hostel con estacionamiento. Mi suerte no se termina. Me quedo en uno, a pocos kilómetros del centro, que abrió hace apenas dos semanas. Está en medio de un barrio residencial y puedo dejar la moto junto a otras dos, justo frente a la recepción.

Me apuro en bajar los bolsos para no perder tiempo. En la habitación, los demás están durmiendo. Son las 4 de la tarde, por lo que me imagino, la noche habrá sido dura…

DCIM100GOPRO

Qué experiencia andar en bici acá! Creo que los ciclistas tienen inmunidad. Las bicisendas recorren absolutamente toda la ciudad, que parece haber sido diseñada para ella. Y todas parecen iguales. Bicicletas antiguas, simples, sin lujos. Acá, no son de paseo, son auténticos caballos de batalla. Se las puede ver atadas por todos lados. En los miles de estacionamientos especiales, en cualquier cartel o incluso en andamios de construcción. Invaden todo.

Hay varios canales circulares que cruzar hasta llegar al centro. El paisaje urbano parece salido de una pintura. Es un placer dejarse perder. Me doy cuenta que estoy cerca, cuando el caos aumenta. Me falta práctica para andar entre tantos peatones. Dejo la bici y sigo a pié.

DCIM100GOPRO

Se ve que no perdí el poder de asombro, porque miro para todos lados, como queriendo guardar una imagen de cada lugar. No estuve en otro lugar así. Ni parecido.

Desbordados de turistas, de los Coffe Shops salen nubes de humo, y ese olor característico de lo, aquí, permitido.

IMGP2979

El guía de un tour me explica la historia de la ciudad y el porqué de la tolerancia y respeto que caracteriza, no solo a Amsterdam, sino a todo Holanda. La tolerancia es bastante obvia, cuando la iglesia más antigua de la ciudad, se encuentra en medio de la Zona Roja. Esas señoritas (y algunas mayores), en ropa interior, esperando clientes detrás de una puerta de vidrio, son paisaje natural. Cuentan que en otra época, los curas vendían el perdón por anticipado, a los marineros que las visitaban. Así funcionaba esa sociedad perfecta, entre religiosos y las profesionales del trabajo más antiguo del mundo…

De cualquier manera, creo que Amsterdam es mucho más que la Ciudad del Pecado. Si el día de mañana todo esto desapareciera, seguiría siendo una de las capitales más lindas del mundo.

Mi segunda parada en Holanda, es Groningen. Varios del hostel me lo habían recomendado.

Apenas llego, sigo los carteles que me llevan a un camping. Queda en medio de un parque enorme, cerca de la ciudad. Creo que es fin de semana, porque todo el pueblo parece estar de picnic.

DCIM100GOPRO

Me instalo, y, como corresponde en Holanda, alquilo una bicicleta. No sé para dónde ir, y sigo al resto. Termino en el centro. Lo rodea un canal por donde navegan embarcaciones chicas, y otras que apenas caben. Los puentes se elevan para dejar pasar los mástiles de los veleros, y no dejo de admirar la habilidad de sus conductores. No sobran más que centímetros a ambos laterales. Un cartel indica la distancia al próximo pueblo. Tal como los de la ruta.

En algunos lugares, donde el canal se ensancha y lo permite, veo casas flotantes. Algunas son verdaderas casas, y otros son barcos viejos. Parecen hogares improvisados, que terminaron por ser definitivos.

IMG_9459

Todos los centros históricos se parecen mucho. En medio, una gran iglesia, y alrededor, varios cafés y algunos negocios para turistas.

Sigo a un grupo de ciclistas, y me alejo del centro. Quiero ver dónde viven. Tal vez sea la bicicleta (lo más probable, mi falta de estado físico), pero me cuesta mantenerles el ritmo. De a poco se alejan y me abandonan. Dos minutos más tarde, veo que la rueda trasera no tiene aire! Con razón se sentía tan pesada…

No me queda otra que volver caminando, con la bici en la mano, hasta el campamento. Son 8km, y el paseo se da por terminada.

Ubicación en el Mapa

Comentarios a Esta Entrada
  1. Alexia 07/08/2014 Responder

    jajaja con tu optimismo ni siquiera pensas que la suerte te abandono en esos 8 kms con la bici en la mano. Seguro tuvo algo bueno! Te quiero mucho

  2. guillermina 10/08/2014 Responder

    Martin, como se vè que tengo TODO EL TIEMPO DEL MUNDO PARA SEGUIRTE DESDE PUELO, me encantan las descripciones que haces de tu viaje. Los 8kms. me hicieron recordar la maratón en la que participaste en el secundario y OLVIDASTE…. llevar dinero para el regreso…. cosas que pasan y AYUDAN AL ESTADO FISICO. QUE SIGAS DISFRUTANDO DEL VIAJE! Te extrañamos!

  3. Francisco 11/08/2014 Responder

    Buenísimo el relato Martincho! Da placer leerlo, pero mucha más envidia. Abz grande! Que siga el viaje!

  4. Rodrigo 12/08/2014 Responder

    Martín! sigo tu increíble viaje a través de la fantástica forma de contarlo que tenes. me imagino cada lugar y crecen cada vez mas mis implacables ganas de hacer un viaje así.
    Espero una nueva publicación de tus historias y experiencias.
    Como siempre siguiendo tu viaje desde Puerto Santa Cruz.
    un abrazo, Rodrigo.

Cancelar