Historias

New Orleans, Louisiana

New Orleans, Louisiana

Dejé la Florida. Casi dos semanas de parate en el viaje. Dos semanas en las que la pasé más que bien. Ya era tiempo de continuar. Mi próximo destino? New Orleans. Ciudad que siempre me generó curiosidad, pero que no tuve la oportunidad de conocer. La ruta hasta allá me llevaría por la costa del Golfo de Mejico. La mayor parte, autopista, monótona y aburrida. Cada tanto buscaba alguna alternativa que me acerque al agua. El calor se hacía insoportable y yo, vestido de negro, no quería parar. Arribo pasado el mediodía. Caluroso y húmedo. Por suerte, es sábado y la ciudad está tranquila. Demasiado tranquila. Recorro uno y otro hostel, pero ninguno tiene lugar seguro para guardar la moto. El ambiente no me generaba ni un poco de confianza. La moto no dormiría en la calle. Termino por encontrar un hotel, bastante modesto, y me instalo. Durante dos días recorro las calles, las turísticas y las reales. Por un lado, el ¨French quarter¨. Unas cuantas manzanas muy turísticas, arregladas, limpias y… llenas de turistas. Por el otro, barrios semi abandonados. Muchisimos ¨homeless¨viviendo bajo los puentes. Mendigando en los semáforos. Estos excluidos son la otra cara de la ciudad. El huracán Katrina, hace casi 10 años, dejó casi todo bajo el agua. Aún es excusa para el deterioro evidente. Aprovecho a pasear es un barco a vapor, de esos típicos que se ven en las películas. No quedan muchos y los que hacen este tipo de excursiones por el Mississippi, son embarcaciones modernas, ambientadas en los años 20´s, con motores originales de aquella época. Bien vale la pena el recorrido. Termina siento lo más interesante, junto con la comida. Para los amantes del jazz, seguramente hay otras opciones con las que disfrutarán mucho más. No es mi caso. Para continuar con mi ruta, ahora hacia Texas, averiguo los horarios de algunas plantaciones de caña de azúcar, sobre el río Mississippi. Otra parte de la historia triste de estos estados sureño, ahora convertido en excursión. Los empresarios inmigrantes de Europa, venían a agrandar sus fortunas gracias a la mano de obra esclava. Familias enteras trabajando para sus amos. De generación en generación. Listas de precios de personas en venta, y anuncios en los diarios de la época, como si se tratara de ganado. Historias de todo tipo. Como la del esclavo que es dejado en libertad por buena voluntad de su dueño, después de servirle 50 años, pero no así su mujer e hijos. Lo que lo obliga a comprar a su familia, uno por uno, después de muchos años de ahorros, al final de su vid

a.

Ubicación en el Mapa

Comentarios a Esta Entrada
  1. GUILLERMINA 24/06/2014 Responder

    Que crueles fuimos y somos los humanos!…. Tanto lujo y buen vivir de una cara de la moneda y tanto sufrimiento en la otra.

Deja un comentario